Tu plan de formación necesita que tú lo lideres
El otro día viendo un vídeo antiguo de Jaime Altozano me hizo pensar sobre la formación y cómo las personas afrontan su crecimiento profesional. ¿Cuál es el objetivo de la formación? Siendo simple: la formación es el proceso de adquirir conocimiento, destrezas, habilidades y/o experiencia para poder desempeñar un trabajo o profesión.
El mercado laboral está evolucionando dejando atrás poco a poco los títulos, para acercarse a evaluar tu experiencia, lo que has llevado a cabo: Hasta hace unos años, el título te hacía ser capaz de acceder a determinados puestos de trabajo. Todavía es así al salir de la titulación universitaria. Pero la tendencia es que el candidato demuestre sus habilidades en proyectos laborales anteriores. Si eres demasiado joven, entonces debes demostrar tus habilidades en proyectos personales anteriores. Puede ser que con 25 años hayas organizado campeonatos deportivos, fiestas de 300 personas en un ático o coordinado viajes de fin de semana para un grupo grande de amigos.
Si eres desarrollador entonces la manera más fácil es enseñar tu código via Github, ya sea tanto si estás desarrollando código abierto en tu trabajo, o si fuera del trabajo aportas a proyectos en marcha. Incluso si tienes mini-proyectos personales que has abierto a la comunidad.
Si no eres desarrollador, en las entrevistas te hacen preguntas de situación. Las típicas de «Cuéntame una vez que hayas demostrado XYZ». Para estas preguntas, la técnica STAR es clave. S- Situación, T- Tarea, A- Actividad, R- Resultado. Donde explicas el contexto (S), cuál era el objetivo que había que conseguir (T), que es lo que TU, no el equipo, hiciste (A), y cuál fue el resultado/aprendizajes (R).
La formación debe ser una herramienta: Ahora ya no haría falta que hicieras un MBA de principio a fin, si no ir eligiendo las asignaturas que más te interesan a medida que las necesites. Obviamente pierdes la parte de networking. Coursera y la oferta online de Harvard y MIT ya van en esa línea. Muchas veces pensamos: ¿Qué salidas tiene esta carrera o máster? y lo que tenemos que pensar es dónde queremos trabajar y que conocimientos y habilidades necesito para ello. Parece la misma manera de pensar, pero es radicalmente distinta. En una tienes el control de tu carrera, y en otra la cedes a un tercero que te forma.
El error está en confiar tu futuro al plan de formación de la institución donde estudias: Durante nuestra juventud tenemos que tomar pocas decisiones sobre nuestra formación antes de llegar a la universidad. Elegir grado universitario es un gran hito de responsabilidad, pero luego nuestra capacidad de elección queda aletargada prácticamente hasta que lo terminamos y nos enfrentamos a la búsqueda de empleo. En formación post-grado ocurre lo mismo. Al menos yo no he sido de los que estaba pensando como iba a ayudarme esa asignatura en mi perfil profesional. Los más proactivos trabajan en los últimos años de la universidad consiguiendo experiencia y entendiendo cómo se aplican los conocimientos.
la formación es una herramienta para afrontar las mejoras de tu perfil, no es el conductor de tu carrera profesional al que fias tu tiempo y esfuerzo
Sin duda el mayor reto es conocer las habilidades que son necesarias para tu carrera profesional. Es más fácil, con 30-40 años conocer que debes mejorar tu experiencia y habilidades en captación de usuarios para ser un gestor de producto (product manager) más completo, que saber lo que necesitas con 18 años. Y ese es el reto constante… Saber cómo te ves en 5 años y qué te separa de esa visión.