Panorámica semanal: las Big Tech en el ojo del huracán
Las Big Tech, bajo máxima presión política
Las redes sociales, en el ojo del huracán: Aún no nos hemos recuperado de los acontecimientos políticos en Estados Unidos el pasado día de Reyes. Pero las primeras consecuencias no se han hecho esperar. Y como ocurrió hace meses, con las movilizaciones tras la muerte de George Floyd, a las grandes empresas tecnológicas les pilla en el ojo del huracán. Ya durante el asalto al Capitolio, los periódicos empezaron a señalar cómo los agresores se habían organizado en las redes sociales, y la polémica se encendía, una vez más, sobre el papel que éstas juegan en el terreno político. La cuestión sigue siendo cómo encontrar un equilibrio entre regular el contenido que se comparte en las aplicaciones, para evitar que se promueva la violencia u otros comportamientos poco éticos, y permitir la libertad de expresión (por encima incluso del poder político). Parece que va a ser uno de los temas de 2021 (WSJ)
No todo el mundo cree que tengan la culpa: También esta semana, y después del suceso de Washington, un artículo de opinión en el FT aconsejaba no precipitarse con los juicios de valor, y recordaba un reciente estudio del Harvard Berkman Klein Center que, después de estudiar 55,000 relatos en internet, 5m de tweets y 75,000 posts en Facebook, llega a la conclusión de que Trump y el Partido Republicano se han apoyado más en las medios de comunicación de Rupert Murdoch, como la cadena Fox News, que en las propias redes sociales, a las que atribuyen “un papel secundario” (FT)(Estudio)
El resultado ha sido que tanto Facebook como Twitter han cancelado las cuentas de Trump: Trump tenía más de 88m de seguidores en Twitter y más de 35m en Facebook. Y las dos plataformas (quizás más Twitter) eran altavoces a través de los que el presidente arengaba a sus seguidores. Ya en las elecciones, y especialmente en los días siguientes, se habían producido controvertidos debates sobre las “etiquetas” que las empresas empezaron a añadir a los mensajes de Trump sobre el supuesto “robo” electoral. Ahora, tras el asalto al Capitolio, tanto Facebook (primero) como Twitter (un día más tarde) han decidido suspender las cuentas con carácter indefinido. Algunos ven en esto, probablemente con razón, la confirmación de un poder alternativo al de los propios gobiernos, hoy en manos de las Big Tech. De una manera o de otra, es algo que habrá que reconocer o abordar en las leyes, e incluso en las relaciones internacionales (WSJ)
Y la batalla se ha extendido a Google, Apple y Amazon: La siguiente fase del conflicto, durante el fin de semana, ha afectado a la plataforma alternativa Parler, hacia la que se habían empezado a desplazar los partidarios de Trump, en un movimiento que se ha acelerado tras las cancelaciones de esta semana. Aludiendo al tipo de mensajes que se estaban intercambiando en la aplicación, incluyendo “amenazas de violencia y actividades ilegales”, Google y Apple han decidido suspender la presencia de Parler en los app stores de Android y de iOS. Algunos pensaban que sólo les quedaba la alternativa de acceder a Parler a través de los navegadores. Pero finalmente, y por las mismas razones, Amazon ha cancelado la cuenta de Parler en AWS, lo que en la práctica supone un bloque casi insalvable para que el servicio funcione (a no ser que encuentren otro proveedor de cloud, o que -todavía más difícil- construyan su propia infraestructura). Algunos hablan de que esto puede abrir el camino a dos internet “paralelas”. Esperemos que la estupidez humana no llegue tan lejos… (WSJ)
Mientras tanto, ya se debate sobre cómo evolucionará con Biden la Segunda Guerra Fría
Se espera que la administración Biden tenga “un nuevo enfoque” hacia China en tecnología: Desde el Financial Times se comparten los objetivos de la política norteamericana hacia China en el último año, pero se cuestiona el impacto real de las decisiones que se han tomado, e incluso se duda de que “los datos del mundo estén ahora más a salvo del espionaje chino”. Por ejemplo, algunas de las empresas chinas que pueden generar mayor preocupación, como SenseTime o Megvii (fabricantes de tecnología AI para “video vigilancia”), siguen vendiendo sus productos fuera de China, y da la impresión de que están siendo capaces de “saltarse” las sanciones de alguna forma. Así que se propone que Biden afronte el problema de otra forma, aunque tampoco se concreta mucho la solución, más allá de sugerir un mayor consenso con los aliados europeos (FT)
Parece que va a ser clave la relación entre Estados Unidos y Europa: Sabemos que Europa ha ofrecido a Biden un “nuevo consenso”, después de los cambios más bien destructivos que ha habido bajo Trump. También sabemos que Europa acaba de llegar a un acuerdo comercial con los chinos. Lo que pase a partir de ahora es una cuestión abierta. En Alemania habrá este año un cambio de liderazgo, y la política tecnológica con China es uno de los debates que se pueden abrir, porque la visión de Merkel de incrementar los lazos económicos como vía para la liberalización política de China no es compartida por algunos miembros de su partido, y en algunos sectores cunde el “desencanto” ante la ineficacia de esta estrategia. Por otra parte, la opinión pública europea también es crítica con el reciente acuerdo de colaboración, que algunos ven como un ejemplo de “ingenuidad”, porque asume que China cumplirá su parte y porque separa la relación comercial de los factores políticos. Además, se considera que la única manera de mantener los lazos con los norteamericanos en el Atlántico es apoyar (o al menos no boicotear) sus intereses en el Pacífico (FT1)(FT2)
Dentro de Estados Unidos, todo el mundo está pendiente de cómo va a gestionar Biden las sanciones de Trump: Por ejemplo, esta misma semana Trump decretó una nueva prohibición, que afecta a aplicaciones chinas de pagos electrónicos, incluyendo Alipay (Ant Group) y las apps de Tencent. La orden será efectiva dentro de 45 días, así que la tendrá que ejecutar la nueva administración. Biden no ha querido comentar nada sobre esto explícitamente, pero la directriz general que se ha dado es que se suspenderán y revisarán todos los decretos “heredados” de los últimos días de Trump. No parece probable que se retiren las sanciones, porque sus objetivos son compartidos por los dos grandes partidos norteamericanos, pero hay presiones de empresas que temen una respuesta hostil de los chinos, que les podría perjudicar comercialmente (WSJ)(WSJ2)(FT)
La incertidumbre se ha comprobado esta semana con varias “idas y venidas” en una sanción sobre las operadoras chinas de telecomunicaciones: La Bolsa de Nueva York se había echado para atrás el lunes pasado, con respecto a la ejecución de una orden de Trump de expulsar del mercado a las tres principales operadoras chinas, China Telecom, China Mobile y China Unicom. Todo el mundo interpretaba esto como una señal de que se prefería esperar a ver qué posición tomaban Biden y su equipo. Una buena muestra de la volatilidad del tema en estos días es que el miércoles, tras una intervención del Departamento del Tesoro, el NYSE volvió a anunciar que sí ejecutaría la orden (WSJ)
Podría haber más sorpresas en los próximos días: Se especula que Trump, en sus últimos días, podría optar por una escalada contra los inversores norteamericanos en empresas chinas y, después de las tres operadoras de telecomunicaciones, intentar excluir también a los gigantes Big Tech chinos (Alibaba y Tencent) de los mercados con sede en Estados Unidos. Entre las dos acumulan una valoración de $1.3trn. Las acciones de las dos empresas cayeron cuando se conoció el rumor (WSJ)(FT)
Los coches eléctricos son tendencia, y hay quien los ve como los “nuevos smartphones”
El inicio de 2021 viene también acompañado de numerosas noticias sobre coches eléctricos, tal vez a consecuencia de las campañas de comunicación que acompañan al CES 2021, que se celebra (virtualmente) esta semana que viene:
Para empezar, la valoración de Tesla ha hecho que Elon Musk sea ya más rico que Jeff Bezos: La “explosión” en la valoración de Tesla (+700% en 2020) ha hecho que la fortuna (en acciones) de Musk se haya multiplicado también, pasando de $30bn hace un año a $195bn esta semana. Por supuesto, para los periódicos lo interesante es que de esa forma el CEO de Tesla sobrepasa a Jeff Bezos, al que se atribuye una fortuna de $185bn. Pero la historia subyacente es que durante el año de la pandemia, se ha desarrollado entre los inversores la preferencia por empresas que pueden participar en la construcción de un futuro sostenible, con una disminución drástica de las emisiones de CO2. En este contexto, hay abundante capital dispuesto a apoyar el desarrollo de vehículos eléctricos (WSJ)
Además, vuelven los rumores sobre el coche de Apple, y se habla de una alianza con Hyundai: Había habido ya rumores de que Apple estaba hablando con suministradores de cara a empezar a producir un coche de cara a 2024. Pero esta semana los rumores se han confirmado en cierta medida, porque el fabricante coreano Hyundai ha publicado una nota explicando que está en conversaciones con Apple para cooperar en vehículos eléctricos y / o autónomos. Igual que con los smartphones y otros productos, todo el mundo espera que Apple se centre sobre todo en un diseño (espectacular), y que ceda la fabricación a un socio industrial, como Hyundai. No se han sabido más detalles, y los de Lex en el FT ven algunos obstáculos para el acuerdo, pero las acciones de Hyundai subieron al conocerse la noticia. (WSJ)(FT)
Y los inversores buscan al “Foxconn de los coches”: Uno de los obstáculos que ve el FT es que Apple, igual que hace con los iPhones, podría alternativamente utilizar un ecosistema de especialistas en ingeniería y fabricación, jugando el papel que hace Foxconn para los smartphones. Esta semana se ha hablado de varias empresas que se están postulando como candidatos para jugar precisamente ese papel, como Magna, una empresa canadiense cuya valoración se ha disparado este año, ante esta posibilidad, y llega ya a los $21bn. Magna es hoy un proveedor de componentes tradicionales de automoción, y tiene una subsidiaria especializada en outsourcing de la fabricación de los coches, con una fábrica en Austria donde montan coches de Mercedes y BMW. Magna está ya en conversaciones para fabricar los coches de dos startups financiadas a través de SPACs (Fisker y Canoo) (Bloomberg)
Podría ser la propia Foxconn: La propia Foxconn, en paralelo con los movimientos de Apple, ve también los coches como unos “nuevos smartphones” y, en consonancia, está explorando la oportunidad de fabricarlos, como fuente de crecimiento. De momento han llegado a un acuerdo con Byton, una startup china, para ayudarles a “acelerar la producción masiva” de su primer coche eléctrico, que podría estar listo en menos de un año. Y parece que están hablando con mucha más gente, así que cómo no va a ser Apple otro candidato… (FT)
En China, la actividad en coches eléctricos está disparada… No dejan de pasar cosas. Un fabricante más o menos desconocido en occidente, NIO, acaba de lanzar un modelo de lujo con el que esperan competir con Tesla, que ya está fabricando en China. NIO es ya el quinto fabricante de coches del mundo, por valoración, después de una subida vertiginosa de las acciones en los últimos meses. Otras startups locales, como Li Auto y XPeng, tienen también modelos en producción y están creciendo. Incluso una Big Tech china, Baidu (el “Google chino”) ha tenido una subida de valoración de +25% en menos de un mes que ha venido impulsada por los rumores de que estaban pensando en fabricar un coche eléctrico, algo que los inversores ven como una solución al estancamiento del negocio “core” de buscador (WSJ1)(WSJ2)
Los fabricantes tradicionales quieren también liderar el mercado eléctrico: GM acaba de decir que quiere desbancar a Tesla como líder en coches eléctricos, y que planea vender 1m de vehículos de este tipo en 2025. Aunque la empresa ha anunciado que van a invertir masivamente en esto, varios analistas ven difícil que sean capaces de adelantar a la empresa de Elon Musk (FT)
Y las startups proliferan, con valoraciones mareantes: Como ejemplo, Rivian, un nuevo fabricante de camiones eléctricos, que está a punto de cerrar una ronda de financiación a una valoración de unos $25bn. La empresa tiene varios inversores ilustres, como Amazon, BlackRock o George Soros (Bloomberg)
Sin embargo, todo indica que el coche auto-conducido se va a retrasar
El CEO de Waymo dice que el proyecto supone “un desgaste enorme”: John Krafcik, el máximo ejecutivo de Waymo, la subsidiaria de coches autónomos de Alphabet, compara el proyecto con el lanzamiento y puesta en órbita de un cohete, y cree que es “un desafío incluso mayor”. Aunque la empresa ya ha lanzado su servicio de taxis autónomos en Phoenix (Arizona), las previsiones de una flota de decenas de miles de coches en 2020 (proyectada hace dos años) no se han cumplido, y la empresa tiene sólo unos 600 vehículos en activo. Ahora parece que el debate se centra en cómo expandir el modelo de negocio, más allá de el servicio de taxis, y están hablando de una diversidad de “factores de forma” (incluidos camiones y furgonetas de reparto) (FT)
El riesgo, para algunos analistas, es que nos quedemos “a medias”: John Gapper, en el FT, ve un problema en que lo que realmente está llegando, de momento, a los consumidores es la “semi-autonomía”: una serie de funciones de conducción automatizada, que necesitan el complemento de un humano al volante. El tema es que, aunque esas funciones están muy bien, pero (1) suponen una frustración porque en realidad lo que se nos prometió era mucho más revolucionario, y (2) además ponen a los conductores en una posición “ambigua y potencialmente peligrosa”, con la necesidad de supervisar la actividad del coche (lo que el autor llama “co-driving”) (FT)
Aunque haya retraso, los inversores siguen confiando… Por ejemplo, ya vimos en semanas pasadas que algunos habilitadores de la conducción autónoma, como los sensores “Lidar” se ven como un posible recurso escaso (o “cuello de botella”) en el futuro mercado de coches auto-conducidos. Así que las valoraciones de las startups dedicadas a esto se están disparando. El último ejemplo es Aeva, una startup creada por ex-empleados de Apple, que acaba de anunciar la venta de una participación de $200m a un hedge fund de Hong Kong, previa a una IPO via SPAC (Bloomberg)
El bitcoin llega a precios record, y crecen la expectativas sobre su papel en la “nueva normalidad”
El bitcoin se dispara y Ether crece como alternativa: El bitcoin superó por primera vez los $34,000 y ya se acerca a los $40,000. Las razones para los analistas siguen siendo las mismas: bajos tipos de interés e incertidumbre en los mercados financieros, incluidos los riesgos de inflación ante la esperada expansión fiscal tras la pandemia. Todo esto posiciona a las criptomonedas como “valor refugio”. En paralelo, estamos viendo que Ether, la “segunda” criptomoneda, se configura como alternativa a bitcoin, y está teniendo enormes subidas, facilitadas por gente que vende bitcoins para “recoger” ganancias y compra Ether (Bloomberg)
Crece la euforia, y JPMorgan pronostica un valor cercano a los $150,000 a largo plazo: Esto supondría un crecimiento de casi 5x, que situaría la inversión global en bitcoins al mismo nivel que la inversión en los mercados financieros de oro, en lo que sería una confirmación cuantitativa del papel de las criptomonedas como alternativa al oro (Bloomberg)
Algunos se preguntan incluso si bitcoin es mejor inversión que el oro: Entre las ventajas que se citan: (1) la oferta de bitcoins es 100% predecible / controlada, mientras que la de oro puede ser algo más inestable (crece 1.25% al año por extracciones en las minas), (2) el oro es (mucho) más caro de almacenar, y (3) el oro también es difícil / caro de transportar físicamente, y difícil de dividir, en caso de necesidad de liquidez. Frente a todo esto, se mantiene una brecha significativa de adopción (el bitcoin es mucho más minoritario) y eso condiciona el tamaño de mercado y la liquidez (FT)
OpenAI nos muestra una nueva foto nuestro futuro con la Inteligencia Artificial
OpenAI presenta DALL-E, una nueva herramienta casi tan espectacular como GPT-3: Después del impacto mediático de GPT-3, la herramienta para generar texto estructurado a partir de descripciones simples, ahora OpenAI nos presenta otra aplicación no menos espectacular, basada en la misma técnica de aprendizaje automático. DALL-E, el nuevo prototipo, es capaz de generar imágenes a partir de una petición en texto. Esto, aparte de ser interesante (no hay más que ver los ejemplos que la empresa ha publicado con el anuncio) puede tener aplicaciones prácticas con mucho impacto, incluidas las tan necesarias estos días de identificación de contenido visual “tóxico” en redes sociales, basada en descripciones de lo que hay que buscar. En cuanto abran la API, como hicieron con GPT-3, veremos un montón de ejemplos divertidos (MITTechReview)(FT)